lunes, 28 de marzo de 2011

Música para el Señor


Música para El Señor


Cada vez que se escucha hablar de Semana Santa, uno no puede evitar pensar en una melodía, un sonido, una nota que nos lleve por la mente, por un instante, ante Nuestro Señor, ese momento de regreso al barrio con su gente llorándole y cantándole, o aquella magistral entrada en tribuna, donde el pueblo te observa, aún sin comprender, Tu martirio. Esas notas, que agrupadas suenan para dar lugar a una melodía, música que ha sido creada para acompañarte en Tu calvario, música que pretende evocar sentimientos, música hecha para Ti, esos sones que llaman al fiel y le hacen sentir, de una manera especial, aquello que están viendo con sus ojos.


La música cofrade es un apoyo a los sentidos, una forma de ayuda a evangelizar, y para el que la hace sonar, es una forma más de rezar, es una manera de acercarse a Él, una oración distinta a la hablada, una oración salida de la mente de algún compositor y rezada por los fieles, que en esta ocasión portan cornetas, trompetas y tambores, con las que los símbolos en papel se transforman en música y está misma en oración, un sin cesar de oraciones, que te acompañan en el largo recorrido, una sucesión de plegarias que tratan de acompañar Tu caminar.

Cuando hago sonar mi instrumento, aparte de intentar sonar en consonancia con el resto, trato de entrar en recogimiento, así lo pide la ocasión, que estoy en estación de penitencia y voy tras de Ti, Señor, y cuando de mis labios se deprende la boquilla con la que he de tocar, más respeto he de mostrar, pues eres Tú el que guía nuestros pasos, eres el que camina delante nuestra, porque Tú, eres la Luz; en ese momento los pensamientos me abordan, no hay cabida para el cigarro, las risas, los comentarios, pues no estoy en la barra del bar, sino en un cortejo penitencial, no hay palabras para describir lo que siento … el sonido de las demás cuerdas musicales, Tu semblante imagen tras el humo del incienso que empapa de olor las calles de mi segunda Jerusalén … el pueblo te sigue, te observa, eres centro de miradas, eres centro de oraciones y rezos, la música, va dedicada a Ti, eres el Maestro, y con tu batuta diriges el caminar de cuantas almas te siguen.

Es un honor poder interpretar esas notas musicales para Ti, es un privilegio poder verte cada Semana Santa desde detrás de Tu paso tantas horas… y cuantas más mejor! El labio no se resiente, no hay callos que duelan, las piernas aguantan después de tantas horas, todo sea por tocar los sones que hacen oración. He disfrutado con la música, he podido rezarte, he tenido Tu imagen tantas horas delante… y sigue faltándome tiempo para observarte; creo que por hoy he cumplido, un año más el sentimiento de vacío… de que ya todo terminó … ahora solo cuento cuánto falta para poder acompañarte de nuevo, y ofrecerte mis notas, pues salen con todo el amor.

Estoy orgulloso, de ser músico para el Señor.


Álvaro Fernández Arcas









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